Reforma y Realidad
STALIN GONZÁLEZ | EL UNIVERSAL
9 de agosto de 2007
Ahora la reforma constitucional
es el anzuelo que debemos morder
Si así como la verdad, sólo
tuviese la mentira una cara, mejor nos iría. Pues consideraríamos cierto lo
opuesto a lo que el mentiroso dijera. Mas el reverso de la verdad tienen cien
mil caras y un campo infinito. Michel de Montaigneen "De los mentirosos".
Hay que
reconocerle a este Presidente su capacidad para imponer la agenda a discutir en
un tiempo determinado. Ahora la reforma constitucional es el anzuelo que
debemos morder. No quiero decir que se le deba restar importancia a la
discusión, pero es claro que la misma sólo busca el continuismo en el poder,
re-adaptar éste a las necesidades de un gobierno y no a las del
"pueblo". Y precisamente porque la reforma no toca los problemas
neurálgicos de los venezolanos es que debemos recordarle a este Gobierno que
nuestros problemas son otros.
A este
Mussolini bananero, como lo llamó recientemente el escritor Carlos Fuentes, le
encanta el escenario de la confrontación. Ello le permite eludir la realidad de
un país en el cual él no vive. Hemos escuchado en el programa político de
televisión más irrespetuoso de nuestro país que la oposición sufre de
disociación de la realidad; es algo risible, pues ésta es típica de quienes
llegan al poder y dejan de caminar por las calles del país.
Se le tiene miedo al pueblo, a enfrentar la
verdad. De niño me enseñaron que el primer paso para resolver un problema es
reconocer su existencia. He allí una de las causas por las cuales la
inseguridad nos arroja cifras de muertos superiores a las de un país en guerra:
la inseguridad es ahora una cuestión de amarillismo de la prensa. En lugar de
atender ese problema, el Gobierno incrementa su atropello visual para
mostrarnos las cien mil contracaras de la verdad. El metro vuelve a ser un
ejemplo: dentro de poco nos sentaremos en puestos con la cara de Chávez.
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