La Asamblea, un debate obligatorio
STALIN GONZALEZ | EL UNIVERSAL
6 de noviembre de 2009
Leyendo un artículo que escribió Cabrujas en el 92, hace más de diez años,
me sorprendía lo poco que se ha avanzado en cuanto a la acción o agenda
legislativa en este país, es decir, cómo se ajusta de forma tan exacta la
caracterización que en aquel momento presentaba José Ignacio a lo que es hoy el
Hemiciclo.
La Asamblea es el tema en boga y es porque se acercan las elecciones que
los amigos oficialistas tanto han retrasado, definitivamente el espacio que por
naturaleza debe estar lleno de debate, de discusión, el espacio que debe ser
multicolor, el espacio donde se define el rumbo del país es hoy no más que un
teatro burdo; decía entonces Cabrujas: "¿Pecaría de exagerado si me
permitiera aseverar que el Congreso de Venezuela es un desecho, una mala
consecuencia del plástico, totalmente carente de historia? ¿Que en realidad lo
que allí se dice ni nos va ni nos viene ni nos afecta? ¿Que no importa si el
mamotreto sesiona o anda de vacaciones? ¿Que en general está integrado por una
manga de holgazanes capaces de convertir esa edificación de falso estilo
romántico-ateniense en un club donde diputados y senadores acuden a hablar por
teléfono, a encargar marroncitos, o a encontrarse por aquí y por allá y qué
hubo y cómo está la vida?" JIC, ¿existe diferencia entre esto y lo que es
hoy un grupo de oportunistas que solo apuntan a redactar leyes absurdas para
complacer al gran líder de la revolución?, ¿no es esto más que un club de
amigos cansados de verse la cara no sólo en las sesiones sino además en las
peroratas de su jefe máximo?, ¿no es esto una burla al pueblo venezolano, que
además paga con creces los pequeños suelditos de los diputados?
La oposición, ahora envuelta en la diatriba de la unidad, debe pensar y
reflexionar cuál es la importancia de lo que nos estamos jugando a la hora de
hablar de la Asamblea, sobre todo en un país donde el autócrata manda y los
demás aplauden como focas e intentan hacer, debemos en principio pensar en una
agenda legislativa para el país, debemos incluso pensar cómo cambiar la
relación casi inexistente de los venezolanos con las leyes, debemos entender la
relevancia de tener una Asamblea crítica que en verdad logre frenar las
desmedidas del Ejecutivo, debemos entender que lo que está en juego no tiene
que ver con personalismos y oportunismos electoreros sino lo que está en
peligro es el espacio que pudiera comenzar a cambiar la realidad tan atroz de
tener todos los poderes secuestrados en manos de un hombre que gobierna según
como se levanta, algunos días de izquierda y otros de derecha, debemos entonces
hacer nuestros mayores esfuerzos para lograr no una unidad de votos, sino una
agenda en común, lo que ya suena trillado y repetitivo, pero que en verdad es
una necesidad, un proyecto de país, eso debe ser una discusión impostergable.
La invitación, entonces, es a trabajar por entender que la Asamblea no
puede seguir siendo el 15 y último de los diputados, que la Asamblea no puede
seguir siendo el patio trasero de Chávez, que la
Asamblea tiene que comenzar a gobernar de cara a un país en el que no todos
pertenecemos al PSUV y que debe existir representatividad en el lugar donde por
excelencia se hace política.
No hay comentarios:
Publicar un comentario