jueves, 24 de octubre de 2013

Saldo a favor


STALIN GONZÁLEZ |  EL UNIVERSAL
7 de octubre de 2010 

Felicitamos el esfuerzo y trabajo de todos los venezolanos que con su talente democrático demostraron una vez más que la participación es el mejor método de cambiar la realidad. No erramos cuando en el movimiento estudiantil decidimos incorporarnos en todos los espacios y escenarios que el Gobierno planteara. Aplaudimos el trabajo y la organización de aquellos ciudadanos que estuvieron desde temprano custodiando la voluntad del pueblo, aquellos que trabajaron en un proceso que reivindica la democracia como mejor sistema y que nos da luces sobre las preferencias de un país que históricamente ha defendido su derecho a elegir y que no está dispuesto a claudicar en la lucha.

Hoy el saldo es a favor. Hemos ganado. El triunfo es claro más allá de los discursos engorrosos que el Gobierno, desde el poder concentrado en uno solo, ha podido expresar. La victoria no debe verse bajo la perspectiva reduccionista y simplista que el jefe de Estado ha insinuado. El proceso de ingeniería electoral que hizo el CNE, concentrando el voto opositor y dispersando el voto oficialista, no es más que la evidencia empírica y el reconocimiento de su propia debilidad. Hoy nosotros contamos con 65 representantes en el Parlamento. Pero el Gobierno no ha entendido aún que tanto la participación como la obtención de mayorías no se decretan sino que se construyen. Lo que ha ocurrido no es más que la confirmación de la necesidad de cambio que estamos exigiendo, el tener en la Asamblea la réplica del país que tenemos y no del que quieren que tengamos.

Debemos seguir sumando voluntades y desarrollando alternativas que verdaderamente apunten a la construcción de ciudadanía. No debemos desmayar en la participación ni perder el norte. Debemos incluso extender puentes hacia quienes adversan al Gobierno pero no participaron en la unidad. Han querido encasillarnos en una pelea desmedida con el Presidente, quien durante toda la campaña fue el gran candidato. Pues no. Esa batalla la libraremos el 2012 y no habrá ingeniería ni reacomodo que valga. El agotamiento de una experiencia que nos ha llevado a tener los índices de inseguridad más altos del continente, un Gobierno que nos ha llevado a la peor de las polarizaciones, a una crisis económica que se disfraza con las dádivas del Estado, ha logrado cansar a la gente.

Nuestro norte es construir un país distinto. Nuestra misión es superar los problemas con una visión de progreso. Para ello debemos decir a los 65 que no estaremos solos en ese espacio. Pese a no contar con la mayoría absoluta, rompimos los 2/3 y los 3/5. Adiós la práctica perversa de aprobar todo sin siquiera voltear a ver. Adiós el silencio de tontos que solo autorizan el mandato de uno. Bienvenido el debate, la confrontación de ideas, la necesidad de reconocimiento del otro a través de la negociación. Nuestro papel como diputados no será el de focas. No seremos diputados inertes que vayan a hacer quórum. Nuestra trinchera serán los derechos de un grupo que el Gobierno ha venido excluyendo de forma expresa y confesa. Nuestras armas serán los argumentos que sustentan lo que la venda de la polarización no deja percibir. Nuestra tarea será el ejercicio de la contraloría como mecanismo de presión ante la fuga descarada de recursos.


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