jueves, 24 de octubre de 2013

Criminalizar la protesta


STALIN GONZÁLEZ |  EL UNIVERSAL
16 de marzo de 2011 

La trágica muerte de Franklin Brito, la cantidad de personas que están bajo régimen de presentación, la condena de un dirigente sindical a quien un día sentencian y al otro por presión social dejan en libertad, pintan de cuerpo entero el escaso o nulo talante democrático del Gobierno. El abuso descarado del poder llega al punto de emitir sentencias por televisión (nueva forma de justicia instaurada). Este es el escenario que ha venido teniendo la historia política de nuestro país. El control de la gente no se gana. Se impone a fuerza de pretender silenciar la racionalidad de quienes promovemos una visión distinta y una alternativa de gobierno que dé cabida dentro de la gestión pública al contrario.

Hoy los criterios de distribución del patrimonio nacional se miden por la lealtad al líder máximo. Ya ni siquiera el carnet del partido vale. Es indispensable la anuencia política, el apego estricto a las ideas del supremo. La única norma que respalda la asignación presupuestaria es aquella según la cual el presupuesto público de tal o cual institución es directamente proporcional al apoyo y el compromiso que la misma tenga con la revolución, con el Gobierno central. Lo importante no es si perteneces a alguna organización revolucionaria sino cuán fiel eres al jefe. Por ende, el impacto de los proyectos, la naturaleza misma de la actividad que desarrolla la institución, el peso poblacional u otro argumento de relevancia no son hoy elementos de peso para la asignación de recursos. Por ello existe el ahorcamiento a las universidades autónomas; por ello se despojó a las gobernaciones y alcaldías de lo relativo a LAEES y FIDE; por ello hay tantos fondos de inversión que no rinden cuentas y dan uso discrecional del dinero; por ello una cantidad de personas importantes han venido en los últimos años usando las mil y unas formas de protesta.

Pero, ¿quién responde a las inquietudes de los docentes, de los médicos, de las enfermeras, de los sindicatos, de los empleados públicos, de los empleados del sector privado que se han quedado desempleados a propósito de las expropiaciones? ¿Quiénes responde a los comerciantes informales y a esa sociedad civil que día tras día vive y padece la realidad de un sistema que simplemente cambia de idea de acuerdo al humor con el que se levante el "jefe"? Al Gobierno nacional el dolor del país le importa un bledo.
Aplaudimos a todos los venezolanos que elevan su voz exigiendo el respeto de sus derechos. Solidaridad con ellos y sobre todo con nuestros compañeros estudiantes. El objetivo no es el presupuesto de la universidad. El objetivo es que nos reconozcan. El objetivo es la defensa de la democracia como principio irreductible.

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