martes, 22 de octubre de 2013

Izquierda sin trabajadores

STALIN GONZÁLEZ |  EL UNIVERSAL
25 de marzo de 2009 

¿Acaso los trabajadores del metro, médicos y maestros son agentes de la CIA?

Este gobierno, que tanto cacarea de ser de izquierda sólo porque recurre a canciones hurtadas y el uso del color rojo como si se tratara de estereotipar el ser revolucionario, no puede mantener la mínima coherencia necesaria entre el discurso y los hechos, creando entonces una gigantesca paradoja. Ejemplo de ello lo palpamos día tras día en la verborrea banal que intenta convencernos que "la clase obrera" es su razón de ser y su objeto de beneficio. Vale preguntarse entonces: las personas que trabajan en aquellos ministerios fusionados, ¿será que pertenecen a la oligarquía? ¿Acaso los trabajadores del Metro de Caracas o los médicos y maestros a quienes se les niegan sus justas demandas laborales son agentes pagadas por la CIA? No. Son trabajadores. Es responsabilidad del Estado el velar con celo la dignificación de los salarios y la estabilidad laboral de esa masa de venezolanos, que no está formada por apátridas, ni traidores ni pitiyanquis, sino que muy por el contrario, integran un grupo que cree en la construcción de un mejor país.


Pero claro, el pasado 15 de febrero las ambiciones de poder del supremo comandante fueron saciadas. Se sintió buchón. Ahora el ciudadano de a pie, el venezolano que carece de poder e influencias, tendrá que enfrentarse con crudeza a la realidad innegable de no contar en el bolsillo con lo suficiente para sobrevivir, y peor aún, sin la esperanza de contar con el reconocimiento de su trabajo y su esfuerzo, que al fin y al cabo están a merced de fusiones, reestructuraciones, intervenciones o cualquiera otra figura mágica que produzca la imaginación de los alquimistas de Miraflores. Mientras tanto, la crisis mundial que -según nuestro gobierno- ni nos tocaría, está ahí, se avecina más temprano que tarde debido a los vaivenes subjetivos de quien desde su ceguera ególatra mal gobierna un país que debería estar a la cabeza y no ser el último de la fila.

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