martes, 22 de octubre de 2013

Dignidad o uniforme


STALIN GONZÁLEZ |  EL UNIVERSAL
 28 de Agosto de 2007
Igualdad sería administrar los recursos 
de este país para todos y no sólo
para los de rojo


Es paradójico que en un gobierno cuya consigna principal es "todo el poder para el pueblo", sea el pueblo el que menos tenga acceso a las riquezas de este país. Estamos en un sistema donde los venezolanos parecemos marcianos: se nos trata como si el Estado nos estuviera haciendo un favor. Hoy, para ser tratado con respeto y tener acceso a los beneficios de ese ser superior que es el Estado hay que uniformarse de rojo, hay que ser parte de la élite de turno.

Pues resulta que esta nueva élite es tanto o más corrupta que las anteriores. Como nunca antes, la corona de la justicia es la impunidad. Basta ver cómo se saquea la Hacienda Pública y no hay poder público alguno que se pronuncie. ¿Será que son parte de los piratas que tomaron este barco llamado Venezuela? Vaya tarea la que tenemos: rescatar esta nave, reconstruirla y llevarla por mar abierto, viento en popa a norte seguro, un norte donde estemos todos y no se discrimine por idea, religión, color de piel o preferencia electoral.

Conseguir esa Venezuela que soñamos es difícil, mas no imposible. Debemos demostrar a todos que sí hay una alternativa distinta, que desde un sector de este país se cree en una Venezuela de igualdades. Y no hablo de esa igualdad mal entendida en la cual se viste de rojo en un programa de TV hasta a miembros de diversas etnias indígenas (o "pueblos indígenas", como se nos quiere imponer que digamos ahora) con tal de aparentar que aquí todo el mundo cree en este proceso político.


Igualdad sería administrar los recursos de este país para todos y no sólo para los de rojo, que no salgamos a la calle con el temor de ser uno más en la lista de víctimas por la inseguridad dado que no tenemos espalderos. Son tiempos duros, en los que la dignidad humana se sostiene con sacrificio, tiempos en que expresar lo que pensamos puede producir desasosiego. Aceptemos el reto.

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