Caen las caretas
STALIN GONZÁLEZ |
EL UNIVERSAL
8 de marzo de 2011
Este gobierno, que ha mantenido su hegemonía
comunicacional a punta de la supuesta defensa de los desposeídos, los pobres,
los sindicatos y el pueblo en general, comienza a dar muestras fehacientes de
su incoherencia y su falta de apego real a los principios básicos que tanto
exalta.
Las posturas del Presidente comienzan a mostrar sus
mal basteadas costuras. Sus poses de hombre justo y democrático se desdibujan
ante la situación internacional que hoy mantiene al planeta en vilo. El que la
espada de Bolívar (aunque fuese en réplica) rozara las manos de un autócrata
como Gadafi (quien de manera salvaje atenta contra su pueblo) es el revés que
la historia (tan sabio Marx con su materialismo histórico) nos da a conocer. Lo
que está ocurriendo en Libia y en todo el Medio Oriente no es sino una
demostración de la fuerza del pueblo y la organización que derrota a todo
régimen que atente contra las libertades, por más tiempo que éste esté en el
poder.
Chávez no halla cómo justificar el horror que hoy se
vive en Libia y que su buen amigo Gadafi lidera. Los cuentos sobre el control
petrolero y la necesidad de dominación quedan como cortos al explicar el clamor
del pueblo. No es nuestro deber generar una matriz de opinión sobre el caso,
pero lo que no podemos hacer es pasar agachados. Es una cobardía no tomar una
postura frente a tamaño lío internacional, tanto más cuando se ha sido
anfitrión y amigo del gobierno que hoy reprime a su gente. Ahora verá el
gobierno qué hacer con su torpeza y falta de tacto al definir y escoger a sus
amigos.
Otra de las acciones que esta semana han dejado al
Presidente al desnudo es la injusta condena de Rubén González, secretario
general del sindicato de Ferrominera, condenado por cumplir con el trabajo para
el cual sus compañeros lo designaron. Es la primera vez que se condena a un
sindicalista por ejercer su legítimo derecho a la protesta, por reclamar
mejoras y reivindicaciones laborales que cualquier gobierno de izquierda
estaría gustoso en aprobar. Lo que hoy vive la familia, los amigos y sus
compañeros de trabajo es el terror de haber hablado en un gobierno en el que el
silencio comienza a parecer el mejor aliado. ¿Es González también un
"burgués"? ¿Es González también un "tarifado por la CIA y el
imperio"? ¡Bah! El que no quiera entender que este gobierno de izquierda y
de revolucionario no tiene nada, francamente hace un ejercicio de abstracción.
Sólo hace falta mirar los contratos colectivos de los empleados del sector
público. ¿Dónde quedan entonces las largas luchas de los obreros, de los
explotados del mundo, de los pobres y desposeídos, de los que claman libertad
más allá de nuestra frontera? Cómo dice la canción, "quítate la máscara".
Asuman que no son más que un ejército de gente tratando de darle coherencia y
justificación a las locuras de un jefe autócrata que gobierna a punta de
caprichos. Pero no olviden que la historia es lo único de lo que no pueden
escapar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario