lunes, 28 de octubre de 2013

Eficiencia o nada


STALIN GONZÁLEZ | Ultimas Noticias
23 de Agosto de 2013

El uso racional del tiempo y de los recursos para lograr cometido es esencial cuando se trata del manejo de usos públicos porque se trata del dinero que, por vía de impuestos, les han pedido a los ciudadanos.

Este valor tan necesario en la vida pública, esta revolución la adolece. Ya lo decía el presidente Chávez hace poco más de un año, en cadena nacional confesaba que era una de las "tareas que le faltaba a la revolución" y prometía mano de hierro, apuntando desde a Maduro hasta las bases, para conseguir la ausente eficiencia política, administrativa y económica.
 Llegó la Misión Eficiencia o Nada, y desde entonces han vociferado a los cuatro vientos revisiones, inauguraciones, puesta de primera piedra, pero poco hemos visto de funcionamiento, transparencia y gestión.

 La lucha por la eficiencia ha pasado, además del espectáculo, por la creación de nuevas instituciones, chocando competencias, desgastando esfuerzos, incurriendo en más gasto público, pero siguen los problemas de siempre.
Es así como el complejo de Parque Central, tras nueve años en espera por su entera remodelación, y con el desembolso de más de 915 millones, ahora recibe la noticia que una institución, que seguramente empezará de cero, se encargará de culminar la remodelación en 2014.

Corpocapital tiene las mismas responsabilidades y obligaciones que tuvo en su tiempo el Centro Simón Bolívar y fue suspendido porque, en teoría, el Gobierno del Distrito Capital tenía las competencias para llevarlo a cabo. El Gobierno del Distrito Capital dejó a los vecinos sin interlocutor durante tres años y su solución después de estos años es crear algo igual. ¿Qué pasó con esas competencias? ¿Por qué, pasados tres años, el Gobierno del Distrito Capital no ha hecho nada?

De hecho, ni siquiera el mantenimiento del complejo ha sido atendido. Los vecinos de Parque Central se han quejado incesantemente de las cloacas, de los ascensores, de la seguridad, de los negocios sin permiso. El Centro Simón Bolívar nunca fue transparente; luego, el Gobierno del Distrito Capital fue inexistente.

Esperemos que este nuevo centro nos sorprenda y trabaje. La ineficiencia o la corrupción, sea lo que sea que haya pasado ahí, les está saliendo muy cara a los venezolanos.

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