Silencios que matan
STALIN GONZÁLEZ | EL UNIVERSAL
27 de agosto de 2010
"La mejor forma de hacer que
una mentira se vuelva verdad es repetirla múltiples veces", ésta es una
frase que de alguna manera engloba la discusión que existe en estos momentos
sobre los medios de comunicación. Una buena parte de los actores políticos de
este país sabemos perfectamente el poder que tienen los medios de comunicación
en la creación de una conciencia social. Todos sabemos además que existen
líneas editoriales que privilegian una u otra postura. Sin embargo, de allí a
creer que el silencio maquilla o cambia la realidad es ser sumamente ingenuo.
Lo que está ocurriendo desde hace
dos semanas con la información que se encuentra presente en todos los medios es
que la realidad ha sobrepasado el interés que puede haber detrás de cualquier
noticia publicada. En el país hay una crisis social que se refleja en las
cifras de muertes violentas que se producen semanalmente. Existe una realidad
que se evidencia en las edades que tienen las víctimas de los delitos; existe
una realidad que se evidencia en la existencia de una zona de la ciudad (como
el 23 de Enero) donde las autoridades no son capaces ni tan siquiera de entrar.
Pese a la postura critica que se puede tener frente a cualquier línea editorial
que mantenga un medio de comunicación, los hechos de violencia que los ciudadanos
padecen, no era necesario ver el documental de los guardianes de Chávez para
saber que esas situaciones ocurren en nuestro país. Para nadie era un secreto
lo que ocurre en la morgue de Bello Monte. Sin embargo, el gobierno nacional,
que bien está al tanto de esta información, tuvo que esperar que el diario El
Nacional publicara la foto y que CNN colocara el documental para que en la
Asamblea Nacional se discutiera la ley de desarme.
Entonces, tenemos dos temas que
son clave para los ciudadanos entremezclados por el gobierno para sacar
provecho: uno, el tema de la censura que a partir de la fotografía se ha
impulsado y dos, el tema de la responsabilidad del gobierno con respecto a la
inseguridad que se vive en el país.
De esa manera mientras el país se
ve cada día más afectado por las diversas problemáticas que existen, el
gobierno intentó minimizar las posibilidades de los ciudadanos de denunciar
pero también su derecho a estar informado. Y si bien es cierto que cada medio
-incluyendo los del gobierno- sólo reproducen el mensaje que conviene, también
es cierto que en la calle se están suscitando una serie de atrocidades que no
necesitan ser publicitadas para que la gente las conozca y aún peor, las
padezca. El llamado es a entender que si no abordamos de manera real, con
voluntad de trabajo y con miras a superar las crisis, seguiremos atascados más
allá de que no salga en las noticias.
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