viernes, 25 de octubre de 2013

República, ciudad y ciudadanía


STALIN GONZÁLEZ | Ultimas Noticias
05 de Julio de 2012
Ayer celebramos 201 años de 
la Declaración de Independencia

Al hacer énfasis en la ruptura con la metrópoli se tiende a pasar a un segundo plano otro aspecto inherente, el inicio de la construcción de la República. Cuando colocamos el acento en la ruptura con la monarquía, reclamamos entonces la construcción de nuestra ciudadanía.

Decir República es decir ciudadano, lo que implica autonomía vital, igualdad y libertad. Tal día como ayer, en 1811, iniciamos entonces el camino de ruptura con la mentalidad de súbdito, con la figura del Rey y con toda la sumisión que esta relación implicaba. La construcción de esta ciudadanía, que es el gran proyecto nacional de Venezuela, es un esfuerzo que a la sociedad venezolana le ha costado mucho esfuerzo, acumulado a lo largo de estos siglos, de vaivenes, de inestabilidad, de avances y retrocesos, de momentos de liberación opacados por momentos de oscuridad y tiranía. Este ha sido el camino construido por nosotros como sociedad para diseñar nuestra versión del progreso.

La lucha por este progreso, por esta manera de ser modernos, aún continúa en plena vigencia. Festejar dos siglos de Independencia ha de ser siempre celebrar todo un camino para convertirnos, cada día, en ciudadanos, es decir, en dueños de nuestras propias vidas. ¿Cuáles son los adversarios a vencer para seguir construyendo República? La sumisión, el miedo, el conformismo, la adulación, el clientelismo, el autoritarismo, la arbitrariedad del poder; todo aquello que nos lleva a retrotraernos a la condición de súbdito, de siervo, condición que orgullosamente abandonamos acá en nuestra ciudad de Caracas, allá por los lejanos días de 1811.

Construir República, constituirnos ciudadanos, es algo que reivindica también a Caracas como urbe, como nuestro proyecto común, es compromiso cotidiano. Los que estamos comprometidos con una ciudad de progreso estamos convencidos de que es posible vivir mejor, de que los caraqueños tenemos toda la capacidad para hacer de nuestra ciudad un lugar hospitalario para disfrutar públicamente una vida digna y plena. Hacer de nuestra ciudad una urbe que reivindique nuestro carácter de ciudadanos es entonces una ruta que se articula con el proyecto democrático y republicano. ¡Porque definitivamente hay un camino!

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