Guerra de intereses
STALIN GONZÁLEZ | EL UNIVERSAL
3 de diciembre de 2009
Como buena estrategia de los grandes populistas, el Presidente busca un
enemigo externo frente a quien unificar a la base interna, los problemas que se
plantean en nuestro país y que no encuentran solución en la actual gestión
necesitan la distracción de los ciudadanos para poder contener un estallido social.
La crisis de energía, la crisis del agua, la crisis económica y a esto se le
suma el tema de la corrupción que afecta a los ahorristas de los cuatro bancos
intervenidos, todas estas problemáticas deben ser maquilladas y más en tiempo
de elecciones, es así como el conflicto con Colombia se ha convertido en la
nueva estrategia de Chávez para dispersarnos y volcarnos a la defensa de la
nación por encima de la exigencia hacia el gobierno para que cumpla con su
labor.
Uribe por su parte entra en el juego, distrayendo la atención sobre su
apetencia de repetir un nuevo periodo, que más allá de haber tenido una buena
gestión, según lo dicen nuestros hermanos, se constituye en un atentado contra
la alternabilidad o alternancia democrática; de esta manera responde los
improperios del habitante de Miraflores agrupando a los colombianos en torno a
la defensa de su soberanía, así ambos pueblos nos encontramos en la disyuntiva
de asumir que pudiéramos estar frente al comienzo de un verdadero conflicto
bélico (que por demás llevamos perdido) originado por un pésimo manejo de la
diplomacia entre ambos países, iniciado por dos cortinas de humo de ambos
presidentes, por el simple capricho de dos líderes que sin pensar en la
cantidad de años de confraternidad nos inducen a una disputa que no posee
sentido alguno.
Más allá de ser el tema de las bases militares, uno de los principales en
el ámbito internacional y que no debe desmeritarse su análisis, la intención de
fondo de Chávez no es precisamente luchar contra el imperio, con el que
negociamos petróleo lejos de los constantes ataques e insultos; la intención
real es consolidar las filas oficialistas que se encuentran debilitadas ya que
comienzan a padecer la ineficiencia de un gobierno que se consume en la retórica
pero que mantiene el accionar paralizado. Es absurda la idea de una guerra con
Colombia cuando analizamos la cantidad de movilizados que existen en la
actualidad, es decir, la cantidad de hermanos que han hecho suya esta patria
pero que su corazón es bogotano, cucuteño, colombiano, al igual que la cantidad
de venezolanos que se encuentran en la hermana república. Y es que nuestro país
estaría en una gran desventaja, a pesar de tener un equipo armamentista nuevo y
de paquete, nuestros soldados, e inclusive nosotros como ciudadanos, este
gobierno que se ha convertido en el Estado tampoco está preparado. Con sólo
bombardear la zona costa-montañera, que es donde se encuentra ubicado el casi
80% de la población, estarían acabando o afectando a la más de la mitad del
país, con tan sólo bombardear Caracas acabarían con todas las instituciones del
Estado que se encuentran hacinadas en la ciudad, con tan solo ocasionar daños
al metro, al sistema eléctrico, en fin, frente a un país que tiene sesenta años
enfrentando a la guerrilla, nosotros estamos perdidos.
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