Realidades relativas
STALIN GONZÁLEZ | EL
UNIVERSAL
29 de abril de 2010
En Venezuela hay tantas
realidades como
venezolanos sobreviven en ella
Este país es demostración
concreta de aquello que cita que "la verdad no es absoluta sino
relativa". En Venezuela hay tantas realidades como venezolanos sobreviven
en ella.
Para una parte de los ciudadanos el problema
es el imperialismo y la construcción de un plan trazado con Colombia y demás
"países derechistas" para aniquilar la Revolución Bolivariana. Para
otros el problema es cómo con una iguana (aliada de Uribe) sabotea la electricidad.
Otros se afanan en inventar una nueva figura para reunificar y aumentar sus
filas, llámese guerrilla comunicacional o lo que sea. Una parte cree que el
problema es qué regalamos en tiempo de elecciones, que no sea platica porque
eso ya no funciona. "Regalemos fusiles" dice alguien por ahí.
Otra tanda se preocupa (ojo hay que ser muy
amplio a la hora de incluir problemáticas, pues la priorización elimina a unos
cuantos) se preocupa por el resurgimiento de los partidos y trabaja entonces en
frenar tal crecida. Y finalmente está el mayoritario, los venezolanos, esos
cuyo problema tiene que ver con la incertidumbre que implica vivir en este
nuestro país.
¿Cuán relativa es la verdad de ese venezolano
que no es partícipe más que de las cifras de inseguridad, ese venezolano que
está pagando 2 BsF que golpean su débil bolsillo para poder ser mal llevado por
el transporte público, ese que no tiene los 2 fulanos bolívares y entonces paga
0,5 del metro para entrar en lo que pudiera ser la peor experiencia de su vida?
Ese ciudadano que va al mercado y ve horrorizado que la canasta básica anda en
5.500.
Ese que ya no quiere ni escuchar noticias para
no percatarse del exabrupto que supone la cifra de muertos producto de hechos
violentos en un país que no está en guerra. El venezolano que no entiende de
"circuitos" ni de "imperio", ese que día a día tiene que
sortear sus acciones para conseguir más dinero, ese que tienen una bala con su
nombre, ese cuyas palabras conocidas son miedo, desempleo, hambre.
El tema es cuándo comenzará a ser esa
realidad, que no es relativa, realmente importante para quienes dirigen y
pretender dirigir este país. Doña Juana y don José no pueden esperar
elecciones, o que exista unidad, o que los poderes estén separados. No pueden
esperar a que Chávez rote a los ministros a ver cuál sirve. Día a día mueren
jóvenes que no pueden esperar a ver los resultados de la fulana policía
nacional, que no pueden esperar ni por Mercal ni por Pdval para resolver el
almuerzo. Esos y no otros deben ser los problemas que nos quiten el sueño a
quienes estamos en esta lucha.
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