miércoles, 23 de octubre de 2013

La neurasténica arremetida

STALIN GÓNZALEZ |  EL UNIVERSAL
31 de enero de 2010

La arremetida que desde el domingo el gobierno nacional ha lanzado sobre los manifestantes que ya llegaron al límite de aguante con la medida de cierre (indirecto) de RCTV, ha sido desmedida y totalmente extralimitada.

 En 2007, cuando el primer cierre, las protestas tomaron a las fuerzas represoras por sorpresa y la fuerza de los estudiantes pareció repeler el avance del Gobierno en términos de la imagen que generaban. Hoy los persiguen, los emboscan. La represión desde hace varios días ha sido pasmosa, tanto más en el interior del país en donde definitivamente cunde la anarquía total, cual es el caso de Mérida. Es obvio el miedo a la juventud organizada. Ya no son sólo las manos blancas que aplauden. Hay asambleas, volanteos, actividades en las calles. Ya los "niños de papi y mami", como los definió el autócrata, no se conforman con debates en las aulas. Llevan tiempo en las calles. Hoy sus manifestaciones son variopintas y eso aterroriza a quienes han perdido ee color de pueblo del que se ufanaban.

Las medidas que el gobierno nacional ha tomado el primer mes del año sólo que han seguido socavando la ya poca calidad de vida de los venezolanos. El autócrata arrincona sobre todo a quienes lo adversamos. Ello para generar, nuevamente, un clima de polarización que casi siempre termina favoreciéndolo ante cualquiera de los comicios electorales. El Gobierno lleva rato entrampado. No halla cómo hacer lo que la oposición -con todo y los continuos ataques- ha sabido hacer: gestión. Ese es el tema que el Estado aún no sabe cómo resolver. Lo que aún le adeuda a los venezolanos es mucho más que las migajas que -tras cada pérdida de popularidad- le tira a los ciudadanos. Durante diez años han dado múltiples muestras de ineficiencia, de desgobierno, de corrupción, de no tener idea de planificación, aquello de lo que Giordani tanto teorizó pero que no sabe practicar.


Venezuela en menos de ocho meses ha pasado por un escándalo de corrupción protagonizado por el hermano del ministro y por una devaluación que se requeté juró no se haría (al mejor estilo de la tan criticada cuarta república). Una de las crisis más grandes en términos hidroeléctricos nos ha dejado en un racionamiento (mal planificado y peor ejecutado), que tiene a al interior del país indignado frente a la prioridad de Caracas. Además, la expropiación de una cadena altamente popular. Y para colmo, una andanada contra la libertad de prensa y expresión. ¿Cómo no levantar la voz cuando el descontento es tan grande, cómo no protestar cuando se vulneran nuestros derechos? Hoy más que nunca nuestro objetivo es claro. Nuestras fuerzas no se desgastarán. Elevaremos nuestros reclamos, siempre teniendo como norte el 26S como la fecha cuando se inicia la pérdida de TU control absoluto, Hugo.

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