Nadie
puede alegrarse porque un grupo minoritario destruya lo que tanto ha costado
construir, a fuerza de trabajo y confianza, tal como sucedió la semana pasada
en nuestro país hermano; cuando disidentes irregulares, anunciaron sin reparo
el retiro al proceso de paz que se adelanta en Colombia, para retomar el camino
de las armas y la violencia.
El
resguardo de la soberanía, del territorio nacional como una institución, debe
ser prioridad para nuestros soldados de la Fuerza Armada Nacional. Cuestión de
honor para ellos debería ser, velar porque ninguno de estos delincuentes se
haga de nuestro espacio para apertrecharse y colaborar en el fracaso del
proceso de paz en Colombia; así como, para perjudicar a nuestra gente.
Durante
años hemos trabajado sin descanso para rescatar la democracia de Venezuela,
para volver a hacer de nuestro país una nación de oportunidades y progreso para
nuestros jóvenes y niños. Por lo que, no podemos permitir que un grupo de
irregulares use nuestro territorio para causar pánico dentro y fuera de
Venezuela.
De acuerdo a lo establecido en nuestra
constitución nacional, la soberanía reside en el
pueblo; desde que estábamos en la universidad nos hemos destacado por ser una
generación que toma todos los espacios y oportunidades posibles para luchar por
el rescate de la democracia. Hemos batallado en todos los espacios
que se nos han presentado: en las calles, las universidades y desde las
instituciones, para acabar con el sufrimiento de los venezolanos.
Hoy desde la Asamblea Nacional, día a
día, demostramos que hemos sellado un compromiso con el país y nuestra gente,
seguiremos luchando hasta hacer de la soberanía un ejercicio diario que resida
en cada uno de nosotros. Somos un país que pide a gritos cambio y
salir de este régimen que nos ha hundido en la peor emergencia humanitaria de
la historia de la región.
Debemos
devolverles a los venezolanos su soberanía de poder elegir libremente. La
salida del régimen tiene que pasar por una solución no violenta, constitucional
y legítima. Los venezolanos tenemos que hacer uso a nuestro derecho a elegir
libremente, a través de la organización, movilización y participación de todos
los venezolanos, de esa inmensa mayoría que ha demostrado su voluntad de cambio
y que está dispuesta a trabajar unida para lograrlo.
Hay
quienes intentan poner trabas al proceso, como pasó cuando el régimen en un
ataque de malcriadez se levantó de la mesa de negociación, porque las sanciones
les tocaron los bolsillos a los usurpadores. Intentan engañar a los venezolanos,
diciéndoles que las sanciones afectan al pueblo; el peor castigo para Venezuela
es que Maduro siga en el poder. Por eso, seguiremos elevando la presión a nivel
nacional e internacional, avanzaremos en nuestra ruta con el pueblo en la
calle.
Nuestro
objetivo es acabar con el sufrimiento de los venezolanos, por eso trazamos esta
ruta que incluye la negociación como mecanismo de resolución del conflicto,
pero no es lo único que haremos. Aquí no nos vamos a quedar de brazos cruzados.
Seguiremos avanzando y ganando terreno hacia la libertad, la democracia, la
institucionalidad y la soberanía. ¡Seguimos porque sí podemos!
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