En enero de este año los venezolanos comenzamos una ruta
con el objetivo de recuperar la democracia en nuestro país y dar fin a la
crisis humanitaria compleja que padecemos. Ante las adversidades generadas por
un régimen criminal que se niega a abandonar el poder, hemos avanzado y
conseguido importantes logros que no debemos olvidar, ya que estos serán los
pilares que nos permitirán alcanzar nuestra gran meta.
En primer lugar, somos una amplia mayoría que quiere
cambio y entiende la ruta que nos hemos trazado. Los venezolanos no creemos en
falsedades ni excusas del régimen. Sabemos que la hiperinflación, la falla de
servicios, la migración de más de 4 millones de venezolanos a otros países en
búsqueda de calidad de vida y la crisis humanitaria compleja son culpa de los
que hoy secuestran la mayoría de instituciones del Estado.
Debido a nuestros esfuerzos ocupando todos los espacios,
hoy los gobiernos democráticos del mundo reconocen y respaldan nuestra causa.
Esto nos ha permitido mantener un trabajo conjunto con nuestros aliados
internacionales, que causa temor en quienes se aferran al poder, porque las
sanciones afecta sus bolsillos. De esta forma se ven más aislados y sin
respaldo en occidente.
Además, gracias al informe de la Alta Comisionada para
los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, y sus diversas declaraciones sobre la
coyuntura que padece nuestro país, todos los gobiernos y pueblos del mundo
saben sin ninguna duda que el régimen es el único responsable de la crisis
humanitaria que atraviesa Venezuela.
Asimismo, hemos comprendido que el proceso para la
reconstrucción de Venezuela requiere del consenso de la sociedad civil y el
debate de pensamiento. De ahí que nuestros esfuerzos vayan enfocados en la
realización de elecciones presidenciales libres, tal como dicta la
Constitución. El voto como herramienta de participación de los ciudadanos es
indispensable para la recuperación que deseamos. Pero para que tal escenario
sea viable el CNE y demás instituciones del Estado deben ser renovadas, de modo
que si respeten el juego democrático, el Estado de Derecho y si sean garantes
del proceso electoral.
Que los diputados del PSUV se hayan reincorporado a la
Asamblea Nacional evidencia que reconocen la legitimidad del Legislativo y su
participación en el proceso que iniciamos para la renovación de los rectores
del CNE demuestra que también entienden la necesidad de unas elecciones libres.
Ambas acciones no son casuales, son el resultado de todo el trabajo realizado
durante el año y la presión que hemos logrado causales de manera incesante.
El régimen quiere minimizar nuestros triunfos porque no
le convienen, pero los venezolanos debemos tenerlos siempre presentes. La lucha
del pueblo para recuperar su libertad es una labor noble y pronto rendirá
frutos. El mejor futuro que los venezolanos queremos, con derechos
garantizados, elecciones democráticas y oportunidades para todos está cada vez
más cerca. Aun no podemos rendirnos, por el contrario, debemos mantenernos cada
vez más unidos y organizados sin dejar de exigir el cambio que queremos.
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