El país ha entrado a una fase de
deterioro con una velocidad que nos preocupa y nos alarma profundamente. Las
noticias que vemos de los niños del J. M. de los Ríos de la semana pasada solo
es una muestra de las condiciones de todo el sistema de salud a nivel nacional.
Desde la Asamblea Nacional luchamos
cada día para construir una solución definitiva a esta crisis, pero la
velocidad del daño nos obliga a actuar de una manera más contundente. Desde
comienzos de año hemos realizado todos los esfuerzos para canalizar la entrada
de ayuda humanitaria al país y, a pesar de la negativa de Maduro a aceptarla,
con la presión internacional hemos logrado que los organismos especializados de
Naciones Unidas y el Comité de la Cruz Roja Internacional hayan entrado al país
para prestar asistencia a las poblaciones más vulnerables.
Pero la crisis se agrava más rápido
de lo que podemos atender con pequeños esfuerzos de ayuda de la comunidad
internacional. Cada día el deterioro de los servicios públicos afecta cada vez
a más sectores de la sociedad. La falta de luz en Maracaibo y todo el estado
Zulia es un problema gravísimo que afecta a la calidad de vida de todo el
pueblo.
La falta de gasolina en muchas partes
del país, sobre todo en el occidente y en los estados andinos afectan a todos
por igual, desde la ambulancia que no puede hacer traslados, hasta los choferes
de trasporte que les impide trabajar y trasladar alimentos e insumos a todo el
país.
La causa de esta crisis es solo una,
la falla de un modelo económico fracasado y liderado por Maduro y su combo.
Ellos nos han arrastrado al fracaso y a la peor crisis que haya vivido, no sólo
el país, sino todo el continente americano. Ellos se encargaron de destruir más
de la mitad de la capacidad productiva del país, de la industria petrolera
nacional y, en consecuencia, del deterioro de todos los servicios públicos en
el país. Ellos son los causantes de la emergencia humanitaria.
Tenemos que solucionar los problemas
del país y de la gente. Hemos hecho todos los esfuerzos para atender a los más
necesitados, pero tenemos que atacar el problema de fondo y por eso siempre
insistimos en que nuestra ruta es: cese de la usurpación, gobierno de
transición y elecciones libres. Maduro solo ha servido para repartir miseria,
dolor y caos entre los venezolanos. Hoy somos una inmensa mayoría que quiere
cambio.
Hoy nos encontramos en la mejor
posición para enfrentar este reto. Una Asamblea Nacional organizada, con
propuestas en todos los sectores, con prioridades claras como la Ayuda
Humanitaria, con un proyecto para el corto, mediano y largo plazo concentrado
en el Plan País, y con la misión de rescatar a la democracia con la celebración
de unas elecciones verdaderamente libres.
La emergencia humanitaria hoy en el
país amenaza con profundizarse y afectar a toda generación de venezolanos, con
consecuencias para el presente y futuro de nuestra sociedad. En nuestras manos
está luchar por un verdadero cambio que ofrezca a todos los venezolanos un país
con un futuro lleno de oportunidades de progreso y libertad.
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