La
historia nos ha demostrado que, en un proceso verdaderamente democrático,
la soberanía del Estado reside
intransferiblemente en el pueblo, quien mediante el sufragio, escoge
periódicamente a sus gobernantes y representantes. Estos a su vez, son solo
servidores públicos, con la obligación de brindar soluciones a los problemas
del país y respetar el Estado de Derecho. Todo esto, con la intención de
alcanzar el mayor desarrollo posible de la sociedad y de los ciudadanos.
Es en
democracia donde la separación de poderes tiene vital importancia para evitar
injusticias y atropellos contra un sector de la población y mantener así el
orden constitucional. De esa forma, se logra que todos los ciudadanos gocen de
plena igualdad de derechos y deberes, además del respeto a sus libertades
individuales fundamentales.
Así, el
parlamento como institución democrática del Estado, tiene un deber mayor a solo
legislar. Es su responsabilidad supervisar y velar por el funcionamiento de los
demás Poderes Públicos, como también trabajar para dar respuesta efectiva a las
problemáticas que afectan a la población, en beneficio de todos, en el marco de
la legalidad y apegada a lo que expresa la Constitución.
En nuestro
país, los diputados que asumimos la Asamblea Nacional gracias al voto de
millones de venezolanos, hemos trabajado todos estos años, arduamente y sin
descanso, para que Venezuela retome el camino democrático y de libertades para
todos. No ha sido fácil, pero sabemos que solo con el regreso de la democracia
se puede dar fin a la crisis que atraviesa el país y hacer de Venezuela
nuevamente un país de oportunidades y desarrollo.
La
reincorporación de los diputados del PSUV a la Asamblea Nacional demuestra que
reconocen al parlamento como institución legítima, porque fue electa de manera
contundente por los venezolanos. Se dieron cuenta de que retirarse fue un
error. Esto no es ninguna casualidad, es el resultado de todo el trabajo que
hemos realizado con el apoyo del pueblo y nuestros aliados internacionales.
No debemos
olvidar que estamos más fortalecidos que nunca, mientras que el régimen está
cada vez más presionado y aislado. Ahora les toca asumir que el camino que han
tomado solo ha agravado la crisis y el sufrimiento de millones. Deben admitir
lo que ya conocen, que solo nuestra ruta es capaz de lograr un mejor país. Quienes
quieran trabajar por la reconstrucción del país serán bienvenidos, siempre que
entiendan que se debe respetar la Constitución.
Este
pueblo clama por un cambio de modelo, apegado al Estado de Derecho, de
libertades y derechos para todos, donde se celebren elecciones libres para
poder elegir nuestro futuro.
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