8 de Noviembre de 2019
El pasado
9 de noviembre se cumplieron 30 años de uno de los eventos cumbre en la
historia moderna, la caída del Muro de Berlín. Aquella imponente pared de
concreto se alzó en el paisaje berlinés como un símbolo de la división
ideológica y social en Alemania y el resto del mundo, durante las largas
décadas de la Guerra Fría. Sin embargo, a pesar de todas las medidas opresivas
del régimen alemán, dicho símbolo sucumbió ante las incesantes exigencias de un
pueblo que clamaba por su libertad.
Asi mismo,
la reunificación alemana, que prosiguió al fin de la Guerra Fría, significó un
gran ejemplo de civismo y reconciliación social. Durante casi 4 décadas los
alemanes estuvieron separados como consecuencia de una situación compleja y
adversa. No obstante, entendieron que debían dejar sus rivalidades a un lado,
para alcanzar una meta mayor, la reconstrucción del Estado. Fue un proceso
largo y progresivo, pero rindió los frutos deseados.
Nuestro
país puede aprender mucho de ese histórico suceso. Ante un régimen opresivo y
que se ha encargado de alzar muros entre la población, los venezolanos no
podemos perder la esperanza de que un mejor mañana llegará pronto. Debemos
seguir luchando para recuperar nuestra libertad y retornar a Venezuela al
camino democrático. Cada día demostramos que estamos comprometidos con el
camino que hemos decidido y no vamos a desfallecer ante las adversidades.
Además,
debemos entender que los verdaderos rivales de Venezuela son aquellos que hoy se
atornillan al poder y han causado una crisis humanitaria compleja. Ellos
quieren dividirnos porque saben que la unidad nos hace fuertes. No les conviene
que los venezolanos nos organicemos para exigir nuestros derechos y libertades.
Por eso no
podemos caer en sus provocaciones ni sucumbir ante nuestras diferencias.
Nuestros valores democráticos son más fuertes que cualquier amenaza o
intimidación. La libertad de pensamiento y el debate de ideas son los pilares
de cualquier democracia. En esa diversidad opiniones se logran los acuerdos que
permiten dar soluciones reales a las problemáticas del país. Y cuando nos toque
reconstruir Venezuela, debemos tenerlo siempre presente.
Hace 30
años parecía que aquel extenso muro duraría eternamente y que su régimen opresivo
era todo poderoso. Pero el tiempo demostró que sin importar cuanto se esfuercen
los tiranos, el pueblo siempre encontrará la forma de romper sus cadenas y
derrumbar las murallas que los separan. Los venezolanos hoy clamamos por un
cambio y juntos vamos a lograrlo.
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