Las instituciones de un país son los entes encargados de
dar solución a las problemáticas que atraviesa la sociedad y que afectan a los
ciudadanos. Así, las instituciones sólidas son aquellas que, a través del
respeto de la Constitución y trabajando en pro de la ciudadanía, logran
garantizar una buena calidad de vida para todos. Estas deben ser además
independientes, es decir, que su accionar no dependa de intereses políticos
particulares, sino de buscar el bien común para el avance de la sociedad.
En Venezuela, la pandemia del Coronavirus ha llegado en
el momento más terrible de nuestra historia. Durante 21 años el chavismo se dio
la tarea de atacar las instituciones del país, adueñándose de ellas y dañando
la institucionalidad del Estado. Esto nos llevó a padecer una terrible crisis
humanitaria compleja, donde la economía nacional lleva 7 años en recesión, los
servicios básicos presentan graves fallas, el sueldo es insuficiente para los
gastos diarios por la hiperinflación y millones de venezolanos han migrado a
otros países en búsqueda de oportunidades.
Esta crisis ha dejado a los venezolanos en un estado de
gravedad vulnerabilidad ante la amenaza del Coronavirus, porque no contamos con
las instituciones sólidas e independientes necesarias para hacer frente a esta
emergencia que nos afecta a todos. Lamentablemente los mecanismos que tenemos
en la actualidad son insuficientes para evitar y frenar efectivamente la
propagación de la enfermedad. Esto se evidencia en la incapacidad de las
medidas adoptadas por el régimen para evitar el contagio del virus, que no
están apegadas a la realidad país, ni resguardan la integridad del pueblo.
Además, han continuado con su posición de censura y persecución a quienes
piensan diferente, generando aún mayor desconfianza entre la población.
Ante la amenaza del Coronavirus la respuesta no puede ser
más de lo mismo. Esta emergencia no se soluciona con más autoritarismo ni
decisiones que ignoren los problemas del país. Más que nunca queda en evidencia
que en Venezuela es indispensable contar con institucionalidad, que sea
responsable y se preocupe por los venezolanos. Necesitamos instituciones que
tomen medidas acordes a la crisis y protejan a las
personas más vulnerables.
Hoy las vidas y salud de millones de venezolanos están en
riesgo. Este es el tiempo de actuar correctamente. Por eso, se deben tomar
decisiones sensatas y con responsabilidad, que estén en consonancia con la
realidad del país. Debemos tener la madurez política para comprender que la
prioridad es la protección de la
población de la pandemia y los daños que pueda causar. Solo así
lograremos superar esta emergencia y salir adelante.
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