Desde hace ya más de 10
años hemos venido defendiendo cada evento electoral como la mejor vía de
defender nuestros derechos y reivindicar nuestras demandas sociales más
inmediatas, desde el rechazo a una reforma constitucional hasta las elecciones
de nuestros distintos representantes.
También, vemos que las
conquistas sociales, a lo largo de la historia, siempre son de carácter
progresivo, es decir, que en la medida en que vamos avanzando como sociedades
modernas, vamos incluyendo derechos sociales y civiles que se mantienen a lo
largo de la vida republicana de las instituciones.
Es cierto que la
conquista de esos derechos no siempre se hace de manera armónica, sino que son
el fruto de años de lucha y de debate profundo dentro de las sociedades. Vemos
capítulos como el de los derechos civiles de la sociedad negra en la mayoría de
los países o incluso la abolición de la esclavitud como parte de esa conquista
de derechos.
En nuestro país, tales
conquistas representaron en el siglo XX la participación de las mujeres en el
ejercicio del voto, así como la elección universal directa y secreta como el
mecanismo más eficiente de la democracia y de la participación ciudadana.
Atrás quedaron las
elecciones indirectas, también llamadas de segundo grado, que mediante
intermediarios lesiona el principio de representatividad, así como la
designación a dedo de gobernadores, alcaldes y demás representantes.
Hoy nos toca nuevamente
estar en la calle para defender y reivindicar nuestros derechos. Hoy, el
derecho a elegir sigue estando amenazado y secuestrado por una minoría que
tiene miedo a contarse. Nosotros, sin temor a dudas, defenderemos siempre el
más elemental de los derechos democráticos y es el derecho a elegir libremente,
sin condiciones ni ataduras.
Una vez más, nos toca
estar en la calle defendiendo lo que nos quieren arrebatar con las armas, con
la fuerza, y no es más que la capacidad de todos de votar por un país mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario