Desde la Asamblea
Nacional, desde nuestras comunidades, desde nuestros trabajos, desde las
universidades, desde cada uno de los espacios hay que prender todas las alarmas
y denunciar a todo el mundo el atropello que Nicolás Maduro quiere realizar al
imponer por la fuerza un proceso constituyente totalmente fraudulento.
El riesgo es de tal
magnitud que significaría perder los principales conceptos que nos identifican
como venezolanos. La pérdida de los principios de república, federación y
democracia es el trasfondo de esa maniobra que intentan meter de contrabando
para arrebatarnos nuestras condiciones de ciudadanía y libertad.
La república es la
mayor herencia de todo el proceso de independencia, ya que nos define como
ciudadanos, todos iguales ante la ley, en contraposición a la relación de
monarquía y súbditos establecidos en el período de la colonia española. La
Constitución de 1830 establece la primera República de Venezuela como unidad de
ciudadanos que se permiten dar su propio gobierno y organización.
Más adelante, las
distintas constituciones han ido avanzando en los derechos civiles y sociales
aboliendo la esclavitud, organizando el territorio y conquistando el voto
universal, directo y secreto, con participación de todas las personas sin
condiciones de formación, raza o credo, así como la participación de la mujer.
La Constitución de 1947 reivindica a la democracia como el principal avance a
la modernidad venezolana.
Este fraude
constituyente pretende borrar, de un solo plumazo, esos valores propios del
venezolano al quitar la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos y quitar
la elección universal, con el principio de “cada persona un voto”, para tratar
de imponer desde una muy pequeña minoría una forma de gobierno autocrática a la
gran mayoría, lo cual hiere mortalmente la gobernabilidad, la república y la
democracia.
Nuestro llamado es a
defender nuestra Constitución como única herramienta para mantener las
conquistas logradas a lo largo de nuestra historia. El pasado nos obliga y
nuestro futuro nos lo exige.
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