miércoles, 21 de junio de 2017

RENDICION DE CUENTAS


Luego de la fallida intención del Presidente de presentar la Memoria y Cuenta del año 2016, el recién nombrado ministro celebra con pompas los supuestos éxitos de la gestión gubernamental. Lamentablemente, no hay nada más perjudicial para el desarrollo de un país que un gobierno que no les rinda cuentas a sus ciudadanos de la realidad y de las causas y consecuencias de sus males.



El año 2016 es un año de heridas, como bien lo reconoce el ministro Jaua: es el año de peor desempeño económico del país desde hace más de 100 años, con una inflación que multiplicó el precio de los bienes por 7 (es decir, lo que comprábamos a 200 en enero, tuvimos que pagarlo a 1.400 en diciembre) y con una caída de la producción y de oportunidades de empleo productivos de más de 10%.



Es un año de heridas porque al Gobierno se le olvidó mencionar que hubo más de 25 mil venezolanos muertos por la violencia desatada, que la pobreza aumentó drásticamente, que la pobreza extrema, esa que vemos todos los días al ver a ciudadanos recoger comida de la basura, se hizo presente en todas las ciudades del país, y que la escasez de productos de primera necesidad y de medicina para nuestros familiares nos obliga a realizar colas de más de cuatro horas hasta por un pedazo de pan.



El Vicepresidente habla de una supuesta “guerra económica”, pero en sus cuentas no menciona que el Gobierno tuvo que destinar cada vez más recursos para pagar una creciente deuda externa que nada le aporta al desarrollo del país y solo ha servido para enriquecer a los altos funcionarios de este gobierno corrupto. Que no quieren aprobar el bono de alimentación a pensionados, que no han construido más viviendas, y que no quieren darles a las personas el legítimo derecho de ser propietarios de su vida.



Reconoce muy bien que la burocracia estatal ha penetrado hasta lo más profundo de la organización social poniendo al aparato del partido a administrar mafias de distribución de alimentos, a través de la extorsión y del chantaje populista. Lo que no es capaz de asumir todas esas verdades ante la Asamblea Nacional, legítima representante del pueblo venezolano.



He aquí la verdadera razón de por qué el Presidente no rindió sus cuentos ante la AN.

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