MONEDERO, UN CONSEJO MÁS
Stalin González
Desde hace algún tiempo han retumbado en la prensa
internacional y venezolana los extraordinarios ingresos que obtuvieron dos
académicos españoles, ahora líderes políticos, por dar asesorías al Gobierno
venezolano.
Desde hace algún tiempo han retumbado en la prensa
internacional y venezolana los extraordinarios ingresos que obtuvieron dos
académicos españoles, ahora líderes políticos, por dar asesorías al Gobierno
venezolano. Dicha noticia conllevó a que uno de los profesores, Juan Carlos
Monedero, expiara su culpa con el Fisco español y que por algunos medios
pidiera disculpas por su omisión fiscal.
De este caso son pocas las declaraciones que se han hecho en
territorio venezolano, y aún menos las investigaciones que se han abierto tras
él. Por algunos años la Vicepresidencia de la República transfirió una suma
importante de dinero a un ente español sin justificar la asesoría, el tiempo,
sus objetivos ni alcance, y mucho menos con algún permiso de las instituciones,
es decir, de la Asamblea Nacional.
En este momento de crisis nacional, donde tenemos diarias y
crueles evidencias del malgasto de nuestros ingresos, creo necesario y urgente
la justificación de este y otros egresos de nuestras arcas públicas. ¿Qué tan
prioritaria es dicha asesoría que requirió tal magnitud económica? ¿Por qué
este servicio no figura en lo planes nacionales ni en los permisos de la
Comisión de Finanzas? ¿En qué temas fueron asesorados nuestros gobernantes que
ameritaron tales preferencias?
Todas estas interrogantes y todas aquellas que surjan del
pueblo venezolano deben ser respondidas. Así como el profesor Monedero expió y
asumió su culpa en su país, invitamos a sus contrapartes a hacer lo propio en
el nuestro.
El dinero público debe estar destinado al diseño, ejecución
y evaluación de obras y servicios para todos los venezolanos y debe ser
monitoreados, controlado por las autoridades competentes y la sociedad por
medio de la contraloría social. Cualquier egreso alejado de tales normas viola
la Constitución, la honestidad y la legitimidad gubernamental. Una vez más, la
ley solo es útil para el Gobierno para gritarla en contra de quienes disentimos
de su opacidad, incapacidad, corrupción e hipocresía ideológica.
De manera que invitamos a dichos profesores a que, debido al
precio pagado, den una asesoría más. Recomienden a sus copartes en nuestro
territorio, que asuman responsabilidades frente a las instituciones venezolanas
que ambos decidieron burlar.
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