Movimiento Estudiantil
Stalin González
En tiempos electorales universitarios, suele salir a
colación el argumento que crítica a la dirigencia estudiantil por participar en
la vida política; la presencia de los partidos en la juventud universitaria y
de cómo algunos dirigentes estudiantiles
terminan aspirando a cargos de elección popular.
La historia política contemporánea del país ha estado muy
involucrada con los movimientos estudiantiles. De hecho, si comparamos los
procesos sociales latinoamericanos,reconocemos la influencia de la Universidad como actor
político importante en la dinámica política. “La generación del 28”, en su
mayoría pertenecientes a partidos clandestinos, se organizó y luchó contra la
dictadura de Gómez;y tuvimos en ellos, a
hombres como Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Miguel Otero Silva y Raúl
Leoni, que fueron parte de la dirigencia político social de nuestro país.
Si seguimos recorriendo nuestra historia,veremos salir a
flote nombres como el de Américo Martin, el Macho Pérez Marcano, Fulgencio
Pulgar, entre otros. En esos años, en las Universidades no cesó la formación
degeneraciones que llenaron a la sociedad venezolana de debate y de grandes
dirigentes forjadores de nuestra historia.
Desde siempre los estudiantes han sido la fuerza inicial de
movilización que aglutina a la sociedad. Su participación siempre ha ido de
lamano de las organizaciones sociales y políticas; y éstas, de forma histórica
y natural, buscan la revitalización de sus liderazgos.
En Venezuela el movimiento estudiantil y las universidades
han sido la principal escuela de
formación de la dirigencia política del país. Los estudiantes universitarios
fuimos, somos y serán un sector activo de los procesos sociales venezolanos.
El movimiento social universitario y sus liderazgos natos son parte del cambio político, del
fortalecimiento de los partidos y del
desarrollo social, intelectual, científico y humanístico de cualquier
sociedad. Oportuno sea entonces el espacio para fortalecer la democracia
universitaria, espejo de nuestra democracia.
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