lunes, 12 de enero de 2015


Casta revolucionaria


STALIN GONZÁLEZ |ULTIMAS NOTICIAS - EL COLUMNERO - SU NOTICIERO
26 de Diciembre de 2014
La revolución nos propuso y Venezuela aceptó un cambio fundamental, el cambio constitucional
La revolución nos propuso y Venezuela aceptó un cambio fundamental, el cambio constitucional. Como celebramos hace poco, nuestra Constitución fue modificada en aras de hacer nuestra democracia más social, más descentralizada y, más participativa. A esta se le agregaron incluso nuevos mecanismos políticos que permitirán nuevas formas de participar y el carisma del entonces Presidente parecía, para algunos, la entrada de una nueva forma de hacer política.

Con la crisis de los partidos tradicionales, todo estuvo a favor para que los líderes de la revolución se apersonaran como los únicos del respeto de la Constitución, y cuando encontraron oportunidad se erigieron como los únicos garantes de la patria, de la ética bolivariana y de la honestidad política. Se conformaba así, de forma paralela, un marco jurídico más amplio con una casta política cada vez más cerrada.

Hoy, tras 15 años de proceso bolivariano, nos encontramos con esa casta política imposibilitada de contrarrestar los numerosos casos de corrupción en los que se han visto tocados sus líderes. Somos testigos de cómo los personeros de la honestidad política están solicitados por fuerzas policiales extranjeras, tienen niñeras armadas y pasan por alto el robo a todos los venezolanos con empresas de maletín.

Hoy vemos cómo los garantes de la ética bolivariana se burlan de la Constitución que una vez propusieron, para garantizarle el puesto al aliado político. Los funcionarios responsables de fiscalizar al Estado en la obligación de sus derechos le deben su cargo a quienes deben fiscalizar. La ética bolivariana se ve burlada en cada en cada interpretación sesgada a una ley, en cada omisión a delito, en cada derecho negado.

La democracia es vilipendiada, ignorada y burlada por estos funcionarios cada vez que lo que establece no va de acuerdo con sus ambiciones políticas. Se persigue a estudiantes, se inhabilitan funcionarios, se desprecia al que discrepa. La participación política es chantajeada por la opción política y las consultas populares evitadas de un plumazo. Esta casta habla de honestidad, ética y pueblo pero al delito lo olvida, a la ley la manipula y al pueblo lo ignora.

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