lunes, 12 de enero de 2015

Elegir y ser elegido


STALIN GONZÁLEZ | Ultimas Noticias, El Columnero, Su Noticiero
9 de Enero de 2015

El concepto básico de la democracia es que cualquier ciudadano puede elegir y ser elegido. Esto es lo que diferencia a este sistema político de otros, ya que la única condición para poder detentar el poder es ser electo por sus congéneres, independientemente de sus condición social, religiosa o de otra índole

El concepto básico de la democracia es que cualquier ciudadano puede elegir y ser elegido. Esto es lo que diferencia a este sistema político de otros, ya que la única condición para poder detentar el poder es ser electo por sus congéneres, independientemente de sus condición social, religiosa o de otra índole.

En los tiempos contemporáneos, esta premisa básica fue reconfigurada, siendo elegidos aquellos que deciden dedicarse a la vida pública, y a través de grupos sociales y políticos se decide quiénes tienen el talento para ser elegido, dejándole a la mayoría solo la capacidad para opinar sobre cuáles de éstos les parece más oportuno para delegarles sus asuntos. Ello fue, por mucho tiempo, parte de la democracia representativa, y la idea de elegir sobre aquellos que decidían los partidos la premisa del sistema.

Dicha práctica devengó en que las opiniones de la mayoría fueron minimizadas, ignoradas o menospreciadas, desvirtuando en su camino la idea más básica de todas, el derecho que tiene cualquier ciudadano a elegir.

La vida de los partidos y del sistema democrático se vio duramente sacrificada por esta falta de legitimidad popular, y la necesidad de nuevas herramientas participativas de la vida política entró en juego. En el mundo político, las primarias figuraron como una herramienta valiosa para legitimar entre las bases sociales quiénes pueden ser elegidos y ha sido una forma de oxigenar los grupos democráticos.

Las primarias electorales han sido el mecanismo más propicio para avanzar en la democratización de la vida pública y hacer más transparente la toma de decisiones. A su vez, los candidatos así elegidos están arropados con una legitimidad social mucho más robusta que candidatos elegidos en acuerdos.
Los disensos producto de las diferentes posturas planteadas, más que divisiones, visualizan las naturales diferencias existentes en una sociedad y enriquecen las futuras propuestas políticas resultantes de dicha elección.

La posibilidad de que cualquiera pueda ser elegido y la capacidad de que los ciudadanos tengan voz para elegir tiene más ventajas que desventajas y tiene además un argumento fundamental: es la base del sistema democrático y debe ser la vía para recuperar la democracia.

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