viernes, 17 de octubre de 2014

A dedo


STALIN GONZÁLEZ | Últimas Noticias.
17 de Octubre de 2014

Este robo de competencias viola otras normas y reglamentos de nuestra arquitectura jurídica, ya que sacrifica de forma importante el sistema descentralizado establecido en la Constitución
El artículo 5 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela sentencia de forma inequívoca y tajante que la soberanía popular reside en el pueblo venezolano y que éste la ejerce de forma directa o indirecta por medio del sufragio, es decir, que aquellos que representamos la soberanía popular debemos ser elegidos de forma directa y/o indirecta.

Este principio jurídico que pudiera ser absurdo resaltar en un escrito para ustedes, no lo es tanto por su continua violación por parte de la élite gubernamental comandada por el Psuv. Desde 2008, cuando la oposición ganó la Alcaldía Metropolitana, el Gobierno ha creado instituciones fantasmas y cargos paralelos que tienen como único fin restarle competencias a estos cargos ganados por la otra opción política.

Este robo de competencias viola otras normas y reglamentos de nuestra arquitectura jurídica, ya que sacrifica de forma importante el sistema descentralizado establecido en la Constitución, sistema logrado tras largos esfuerzos por parte de la sociedad venezolana en la distribución más equitativa del poder público a lo largo del territorio nacional. Las corporaciones, gobernaciones y autoridades hoy creadas a gusto del proceso personalista y dogmático, sacrifican pues, dos principios de nuestra Constitución; la descentralización y la fuente de nuestra soberanía popular.

La afección del poder por el poder ha favorecido que el voto de todos los venezolanos sea irrespetado y menospreciado. De igual manera ha logrado que esta nube de cargos opacos, elegidos a dedo, propicie el reciclaje de liderazgos, la opacidad de la gestión y la probable cadena de favores a la dirigencia partidista a quien finalmente les deben sus puestos.

Parte de los cambios que requerimos en este país es la recuperación de la institucionalidad venezolana, y eso pasa por el cese de estas parainstituciones que están al servicio de la propaganda. Cuando los venezolanos deciden brindarle la oportunidad a la alternativa política de gestionar sus asuntos públicos, el Gobierno ha irrespetado esta decisión y proclama además que lo hace por el bien del pueblo venezolano, es decir, afirma que hace algo por el país destruyéndolo.

viernes, 10 de octubre de 2014

Los políticos de oficio


STALIN GONZALEZ - EL COLUMNERO
10 de Octubre de 2014

Para quienes elegimos la política como oficio tenemos un gran compromiso; nuestro norte es el servicio a los ciudadanos y el bienestar común, por lo que nuestra actuación debe contener aquellos valores que consideramos elementales en nuestra convivencia social y convencidos en estos tiempos que los que solo es posible en democracia; los valores a defender y regir es el debate, el reconocimiento por el otro y la transparencia de nuestra acción.

 El debate es el motor del  político demócrata.  La coexistencia de las diferentes formas de ver una sociedad es posible tras  un  intercambio de las ideas que la sostienen. Por otro lado,  la historia de este  oficio y su principal naturaleza obedece a la argumentación de los proyectos que se defienden y por ende su defensa en diferentes espacios.

Por su parte el reconocimiento del otro es la base de la convivencia; no es posible el oficio político sin entender la existencia de otras posibilidades de hacer política, de entender la sociedad y de quienes la comprenden.

La transparencia es de los valores políticos menos ejercidos a cabalidad y la razón fundamental de la desacreditación del político.  Esta consiste no solo en la honestidad en nuestras acciones, sino también la comunicación fluida de la intención de éstas, así como el acceso  a nuestra gestión, administración entre otras. La confianza ciudadana está basada fundamentalmente en esta premisa, siendo esta la exigencia fundamental de la ciudadanía global en los dirigentes, las administraciones públicas y al sistema político en general.

La no existencia de alguno de estos valores compromete de forma importante nuestro oficio político y con ello la credibilidad que tienen de nosotros los ciudadanos. Por otro lado la no existencia de estos valores niega la política y nuestra vocación democrática. Creo  en este momento  no solo es necesario revindicar el oficio sino también  los valores que deben contenerlo.  La preocupación por lo público merece la injerencia de todos los ciudadanos, pero su administración merece de aquellos que tienen vocación al servicio del otro y para ello creo aún más necesario defender los valores que deben comprenderla.

El debate como método de resolución de nuestras diferencias, la tolerancia como fórmula de una sociedad más justa, y la transparencia como lógica de gestión pública debe ser  nuestro  compromiso con los ciudadanos  para construir un  territorio de paz, de respeto y de democracia.

viernes, 3 de octubre de 2014

Renovación de poderes


STALIN GONZÁLEZ | ULTIMA NOTICIAS.
03 de Octubre de 2014

La división de poderes es el corazón de la democracia y el garante de la misma.

El sistema de contrapesos, la capacidad de controlar, fiscalizar la actuación de los diferentes poderes que conforman al Estado, es el mecanismo que, se ha comprobado en la mayoría de los sistemas democráticos, es la forma que mantiene el sistema político en el camino democrático.

Las nuevas postulaciones, producto de los puestos vencidos en varias instituciones del país, es una oportunidad para acercarnos juntos a una solución pacífica de la presente crisis, y para recuperar la institucionalidad democrática que nos debe representar a todos. El proceso que debemos transitar para hacerla efectiva requiere de la voluntad de diálogo de todos los factores, que pudiera ser un primer paso para el necesario reconocimiento de todos los factores en este país, facilitando la reconciliación nacional.

Dicha renovación requiere un procedimiento que ha sido claramente establecido en la Constitución, en la cual exige la inclusión de la sociedad civil, la idoneidad de los candidatos, su imparcialidad política, y la construcción de consensos en la Asamblea Nacional. Con respecto a ello la Constitución es muy clara; las personas que integren nuestras instituciones no pueden estar vinculadas a ningún partido político y debe ser un llamado al diálogo político y social, incluyente y plural.

El respeto a estos principios, así como la idoneidad de los candidatos, es deber todos los venezolanos. Cada ciudadano de este país merece y debe ejercer su derecho a la transparencia y a la imparcialidad de sus instituciones. Los futuros profesionales que sean investidos con los nuevos cargos a ser renovados tienen una importante responsabilidad, depende de ellos el equilibrio de nuestro país. Venezuela suma a la crisis económica una decadencia de la forma de hacer política, y vemos con tristeza funcionarios que responden a la ineficiencia, la corrupción y a la burocracia. Debemos revertir ese proceso. Debemos reinstitucionalizar al país y recuperar las instituciones y el sistema democrático.

Exhortemos a la inscripción de la sociedad civil en los comités, participemos en el proceso de renovación y exijamos al unísono la designación de cargos sin cuotas ni opacidad.