viernes, 8 de agosto de 2014

Viejas recetas



STALIN GONZÁLEZ | ULTIMAS NOTICIAS
8 de Agosto de 2014

Chávez fue, como otros en América Latina, el vendedor de fantasías
“Para superar los malos momentos económicos, se necesita disciplina fiscal, eliminación de subsidios y redirección de las políticas sociales a aquellos más necesitados”, predicaba el FMI por la década de 1990, recorriendo toda América Latina con su credo económico, vendiendo como la última alternativa lo que posteriormente los pueblos latinoamericanos llamaríamos con frustración, rabia y desigualdad “paquetes neoliberales”.



Los pueblos de América Latina desde entonces han luchado por reivindicar sus derechos sociales, por recuperar su economía, recuperar los espacios públicos y entender la política social desde las oportunidades y no desde la compensación. La búsqueda de las alternativas negadas en la década trajo una avalancha de gobiernos de izquierda que tenían como bandera que “otro mundo es posible”.



Chávez fue, como otros en América Latina, el vendedor de fantasías que, bajo la promesa constituyente y después de un modelo socialista, ofrecía un nuevo Estado, una nueva economía, una nueva Venezuela. Sin embargo, 15 años después de aquello Venezuela vivió un camino distinto. El nuevo Estado, la nueva economía y la nueva Venezuela se convirtió en el Estado populista de siempre, la economía rentista de siempre y la Venezuela dividida que jamás fue.



La fantasía terminó en tragedia y ahora estamos en medio de un estancamiento económico, una paralización industrial, desabastecimiento de bienes e inflación campante. El monstruo de hace dos décadas ha vuelto con igual o mayor fuerza. Pero, para sorpresa, el sucesor del modelo socialista, el autodenominado Presidente obrero, ha propuesto la siguiente receta para la crisis: ofensiva tributaria, eliminar subsidios (como es el caso de la electricidad y la gasolina) y la reforma de las misiones, es decir, racionalizar las políticas sociales.



Al viejo problema le quieren aplicar la vieja receta, con la sorpresa de que quien los lleva adelante llegó al poder denunciándola, negándola y prometiendo hacer algo muy distinto a ella. Resulta que en pleno socialismo del siglo XXI con un presidente obrero, a Venezuela le están aplicando una vieja receta neoliberal, como si fuera el FMI.


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