No al monólogo
STALIN GONZÁLEZ | Ultimas Noticias
16 de Mayo de 2014
El diálogo está basado en la premisa de que las partes desean mantener la situación de intercambio
La semana pasada, como en los anteriores escritos aquí publicados, he manifestado mi apoyo a las mesas de trabajo de la Unidad con el Gobierno, así como he ratificado la importancia del diálogo para dirimir la crisis política en que está sumido el país. Manifestaba entonces, y reitero ahora, que el país necesita de iniciativas democráticas para fortalecer la democracia, y que el diálogo era la vía para ello.
El diálogo está basado en la premisa de que las partes desean mantener la situación de intercambio, demostrándose en el reconocimiento del otro y en actuaciones basadas en el respeto por los acuerdos y condiciones acordados. Las condiciones establecidas no eran más que el respeto de los derechos y garantías que están establecidos en la Constitución, y fue la reiterada falta a éstas el motivo de nuestra suspensión al diálogo.
El Gobierno menospreció a la gran parte del país -que esperaba más que su discurso de paz, acciones pacíficas-, pero deslegitimó la protesta por ley permitida, desestimó liberar a presos cuya salud lo amerita, mantuvo las visitas abusivas de la policía y guardias a las urbanizaciones, decidió aprehender a 246 jóvenes estudiantes cuyo único delito es tomar la carpa y la calle como espacio de protesta.
No se planteó un diálogo incondicional, estaba sometido a la buena voluntad, a la muestra concreta de cambios, al cese de la criminalización de la protesta y a la libertad de los políticos, estudiantes y ciudadanos apresados. Aunque sigue intacto nuestro interés a la conciliación nacional, no vamos a permitir que sea usado de bandera para el desprecio de otros sectores, para la represión de nuestros jóvenes, para la burla de nuestras leyes, para hablar de diálogo cuando las élites gobernantes siguen en un monólogo de poder.
La unificación de las dos Venezuela es nuestro más vehemente sueño, pero eso es imposible sin el respeto por parte del Gobierno de una de estas mitades. La voluntad democrática de transformar a este país sigue intacta y sigue intacta la disposición de sentarse con quien sea necesario para que los venezolanos tengan comida, seguridad y paz.
El diálogo está basado en la premisa de que las partes desean mantener la situación de intercambio, demostrándose en el reconocimiento del otro y en actuaciones basadas en el respeto por los acuerdos y condiciones acordados. Las condiciones establecidas no eran más que el respeto de los derechos y garantías que están establecidos en la Constitución, y fue la reiterada falta a éstas el motivo de nuestra suspensión al diálogo.
El Gobierno menospreció a la gran parte del país -que esperaba más que su discurso de paz, acciones pacíficas-, pero deslegitimó la protesta por ley permitida, desestimó liberar a presos cuya salud lo amerita, mantuvo las visitas abusivas de la policía y guardias a las urbanizaciones, decidió aprehender a 246 jóvenes estudiantes cuyo único delito es tomar la carpa y la calle como espacio de protesta.
No se planteó un diálogo incondicional, estaba sometido a la buena voluntad, a la muestra concreta de cambios, al cese de la criminalización de la protesta y a la libertad de los políticos, estudiantes y ciudadanos apresados. Aunque sigue intacto nuestro interés a la conciliación nacional, no vamos a permitir que sea usado de bandera para el desprecio de otros sectores, para la represión de nuestros jóvenes, para la burla de nuestras leyes, para hablar de diálogo cuando las élites gobernantes siguen en un monólogo de poder.
La unificación de las dos Venezuela es nuestro más vehemente sueño, pero eso es imposible sin el respeto por parte del Gobierno de una de estas mitades. La voluntad democrática de transformar a este país sigue intacta y sigue intacta la disposición de sentarse con quien sea necesario para que los venezolanos tengan comida, seguridad y paz.
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