AL TROVADOR
Son menudos los recuerdos de mi
infancia en las cuales tu música me acompañó, marcando mi forma de concebir el
mundo, la política y la manera de entender cuál sería mi posición en ambas.
Crecí entre el 23 de Enero y el centro
de Caracas, al calor de las luchas sindicales de mis padres, dirigentes de
izquierda, que hicieron parte de mi la
revolución cubana y la esperanza del
modelo socialista, así como las críticas a la falta de libertades, el estancamiento económico
y la hiper-burocratización del Estado, que conllevaron al colapso de este sistema.
Cuando ingresé a la universidad,
a la UCV, la militancia en un partido de izquierda siguió siendo mi
escuela en la lucha por las reivindicaciones sociales, por
la mejor calidad de vida de todos los venezolanos, por la búsqueda de una vía
democrática y socialista que mitigara las amplias desigualdades en el país, que
dignificara la vida de esos “tierrúos“ a los que haces referencia, que se
acabara la corrupción.
Nada de lo esperado vi en la
figura de aquel carismático, pero al fin y al cabo dirigente militar, que invadió la historia de Venezuela en 1992,
y que en medio de inevitable colapso de los partidos tradicionales se abrió
camino para traernos su revolución... Nada de ello sigo viendo ya después de 15 años en el poder
de la maquinaria bolivariana, en la cual, lejos de superar aquellos errores que
el socialismo en sus fracasadas experiencias nos advirtió, se repiten de forma
tan irrestricta que parecen una gestión
calcadas de un panfleto propagandístico brezheviano.
Leía en tu carta dirigida a
Blades, que la “revolución es un vuelco, una ruptura, un cambio abrupto de
perspectiva”, así lo también lo creo, y
pensando en la revolución bolivariana, es interesante evaluar el devenir de la
misma a la luz del concepto que esgrimes.
Podríamos señalar que en efecto,
nuestra Constitución fue modificada, le cambiamos el apellido con la esperanza
que fuera más participativa y protagónica. Nuestra forma de hacer política
efectivamente ha dado un gran vuelco. Lo actores políticos que no estamos de
acuerdo con los planteamientos del gobierno, ahora somos perseguidos,
vigilados, catalogados como fascistas, apátridas, burgueses o traidores.
La economía Silvio, esa
estructura fundamental en la cual deriva el sistema, parece que no ha dado
muchas vueltas. Nuestra economía depende, cada vez más, de la renta petrolera ,
y como nota curiosa manteniendo la venta de barriles al archienemigo, que en estas materias no
denominan "imperio", sino socio comercial. Hoy por hoy somos
incapaces, aún con las innumerables empresas expropiadas, de producir los
productos básicos de nuestra canasta alimentaria.
La devaluación, subidas de IVA ,
la corrupción, así como la falta de
comida siguen siendo preocupaciones de la mayoría (chavistas y opositores) que
resuenan en nuestras calles y golpean nuestros bolsillos.
En la misma carta decías "el
tiempo ha pasado, nos recuerda Blades, pero los derechistas venezolanos llaman
“los tierrúos” a esos pobres sin zapatos que ellos explotan en el siglo XXI. Es
imposible que una revolución haga felices a los dos grupos, porque la
revolución va a dar justicia, y hacer justicia no es una fiesta de
cumpleaños."
Las revoluciones efectivamente no
pueden hacerle justicia a todos, pero me hubiese gustado ver justicia en la
mayoría. Estos quince años en el poder del llamado "socialismo del siglo
XXI", la tasa de violencia en el
país ha aumentado geométricamente, muriendo sin distingo de clase miles
de venezolanos. Los hospitales no tienen insumos, médicos, ni espacios
adecuados; los maestros no tienen contratos fijos ni salarios acordes, las
universidades autónomas no tienen presupuesto.
Silvio, en Venezuela se están
torturando estudiantes, que pueden ser tus hijos, sólo por pensar diferente,
sólo por querer anaqueles llenos de comida, por exigir tener un empleo digno y una
oportunidad de superación.
Me pregunto Silvio, a cuál
justicia te refieres, quizás llamas justicia a emprender un plan para hacer
remodelaciones a los bloques del 23 de Enero y dejar las mismas a la mitad
porque los responsables de las obras se robaron el dinero. Quizás llamas
justicia al prometer el saneamiento del Río Guaire y que todavía esté
contaminado porque de nuevo se robaron el dinero.
He de suponer que la justicia a
la cual refieres, implica que la Guardia Nacional asesine a venezolanos que
protestan pacíficamente su descontento, legítimo, por un gobierno que cada día
habla más y hace menos. También supongo que lo "justo" es que los venezolanos
pasemos horas de cola para conseguir comida y que debemos llegar a la libreta
de racionamiento con la cual estás bien familiarizado, pero que no usas porque gozas
del favor de los Castro.
Como ves Silvio, más que cambios
abruptos, rupturas y vuelcos lo que veo son terribles continuidades. Venezuela
continúa con desigualdad, pobreza, corrupción y con la dependencia económica que
queríamos combatir hace años.
Creo que durante toda mi vida has
acompañado mis luchas porque hemos
aspirado a vivir en un mundo más justo.
La diferencia es, creo, que busco un sistema donde la libertad y la
justicia social puedan entenderse, en cambio tú Silvio, decidiste defender tu sistema a secas.
Este gobierno, al igual que el
cubano, los cuales defiendes, han usado la esperanza de un pueblo para ser
oprimirlos, negarlos, ignorarlos, como en cualquier sistema capitalista salvaje
imaginado.
"...ojalá que el deseo se vaya tras de
ti, a tu viejo gobierno de difuntos y flores..."
Además, los venezolanos tenemos
un valor que entiendo que no comprendas, pues la revolución cubana no lo ha
permitido vivirlo, que es la democracia. Más allá de la discusión de la
revolución o no, quiero, espero y lucho por mantener el sistema democrático.
Ninguna revolución, excepto la Francesa ha traído democracia y libertad,
siempre son la excusa de unos cuantos ansiosos de poder.
La gestión del discenso, la
posibilidad de alternancia, de pluralidad política, la separación del
gobierno-partido- estado, de elegir y ser elegido, son elementos que no he de
sacrificar, porque creo, y numerosas experiencias en el mundo lo confirman, que
si hay alguna vía exitosa para reducir desigualdades, vencer la pobreza y
limitar a los poderes, es la democracia.
Para mí, Silvio, antes de ser de
izquierda, hay que ser demócrata.
Resulta una cachetada a la
historia, que los que una vez resultaron oprimidos ahora detentan el poder para
oprimir, no para liberar a nuestro pueblo, sino para sumirlo en su ira y
sentimientos de venganza personal.
Es una contradicción que los
antiguos líderes estudiantes, leedores de Marx , críticos de la URSS , hijos de
desaparecidos y torturados por dictaduras de antaño, sean los dedos que señalan
a los estudiantes , dirigiendo su mirada
de desprecio y sentenciando a la represión a una generación que nada tiene de responsable
por los acontecimientos del pasado.
"...Un bello arcángel aletea
junto a un gran pájaro de hierro.
Procura que un hombre lo vea
para ahuyentar cien mil destierros.
Pero el arcángel se sofoca
y un ala azul se le lastima
y el ave negra abre la boca
cuando atraviesan Hiroshima..."
No puedo quedarme de brazos
cruzados mientras un poder
totalitario, económicamente estancado y
moralmente insolvente hace mi país añicos, en nombre de un socialismo lleno de
sentimiento nostálgico y vacío de libertad y justicia social. Yo no abandono
mis ideales, en esta CITA, sigo al lado
de los ángeles, enfrentando al señor de cañones, los balcones de Venezuela
están llenos de gente gritando: esta es mi lucha, y juntos nos enfrentamos por
alcanzar la verdadera libertad.
Stalin González