viernes, 30 de mayo de 2014


Ni tener ni poder


STALIN GONZÁLEZ | Ultimas Noticias
30 de Mayo de 2014
Las decisiones de los ministros de economía de este país inciden en lo más íntimo de la vida de las familias venezolanas
En medios como este hemos leído con tristeza que un millón y medio de venezolanos, hoy por hoy, son más pobres. El intento del BCV de ocultar los números del fracaso económico se vio transcendido por la magnitud de las consecuencias, dándonos cuenta de que hoy somos más pobres que ayer.

Los efectos de la mala gestión económica se traducen para mí en tristeza, drama y frustración en muchas familias venezolanas. La pobreza es algo más que estar bajo una línea de ingreso o dictaminar fríamente que no tienes las suficientes condiciones básicas. La pobreza te arrebata sueños, te trunca oportunidades, subestima tus capacidades y te discrimina.

La señora Miriam, que vive en Macarao, poco puede hacer por los empresarios en caso de que se les adeude o no, pero todos los días se levanta con la angustia por no tener suficiente dinero para comprarles lo necesario a sus hijos y con una triste certeza de que no puede darles un futuro distinto. La señora Amelia, que vive en Santa Mónica, tampoco puede incidir mucho en el costo del barril del petróleo y el manejo de los recursos en Pdvsa, pero le preocupan sus hijos, que aun logrando entrar en la universidad, cuando salgan no podrán empezar una vida como pudo hacerlo ella.

Señala Amartya Sen, en su libro Desarrollo y libertad, que las inversiones sociales son vitales en la reducción de la pobreza, pero por sí solas no deben convertirse en el único medio para combatir la pobreza. “Las capacidades humanas también debe ir acompañadas de un aumento de las productividades y del poder para obtener ingresos”, espeta.

Las decisiones de los ministros de economía de este país inciden en lo más íntimo de la vida de las familias venezolanas; poco parecen importarles sus consecuencias. El Gobierno confía en que los miles de mercados populares nos acerquen la harina PAN, las becas a las madres del barrio, el regalo de Canaimitas son suficientes para calmar el desempleo, los cierres de empresas y la pérdida de poder de compra de nuestro sueldo. Para combatir la pobreza el Gobierno debe sincerarse y asumir que su modelo económico fracasó, así y solo así evitaremos que miles de venezolanos se sigan sumando al drama de no poder ni tener con qué comer.

viernes, 16 de mayo de 2014


No al monólogo


STALIN GONZÁLEZ | Ultimas Noticias
16 de Mayo de 2014

El diálogo está basado en la premisa de que las partes desean mantener la situación de intercambio
La semana pasada, como en los anteriores escritos aquí publicados, he manifestado mi apoyo a las mesas de trabajo de la Unidad con el Gobierno, así como he ratificado la importancia del diálogo para dirimir la crisis política en que está sumido el país. Manifestaba entonces, y reitero ahora, que el país necesita de iniciativas democráticas para fortalecer la democracia, y que el diálogo era la vía para ello.

El diálogo está basado en la premisa de que las partes desean mantener la situación de intercambio, demostrándose en el reconocimiento del otro y en actuaciones basadas en el respeto por los acuerdos y condiciones acordados. Las condiciones establecidas no eran más que el respeto de los derechos y garantías que están establecidos en la Constitución, y fue la reiterada falta a éstas el motivo de nuestra suspensión al diálogo.

El Gobierno menospreció a la gran parte del país -que esperaba más que su discurso de paz, acciones pacíficas-, pero deslegitimó la protesta por ley permitida, desestimó liberar a presos cuya salud lo amerita, mantuvo las visitas abusivas de la policía y guardias a las urbanizaciones, decidió aprehender a 246 jóvenes estudiantes cuyo único delito es tomar la carpa y la calle como espacio de protesta.

No se planteó un diálogo incondicional, estaba sometido a la buena voluntad, a la muestra concreta de cambios, al cese de la criminalización de la protesta y a la libertad de los políticos, estudiantes y ciudadanos apresados. Aunque sigue intacto nuestro interés a la conciliación nacional, no vamos a permitir que sea usado de bandera para el desprecio de otros sectores, para la represión de nuestros jóvenes, para la burla de nuestras leyes, para hablar de diálogo cuando las élites gobernantes siguen en un monólogo de poder.

La unificación de las dos Venezuela es nuestro más vehemente sueño, pero eso es imposible sin el respeto por parte del Gobierno de una de estas mitades. La voluntad democrática de transformar a este país sigue intacta y sigue intacta la disposición de sentarse con quien sea necesario para que los venezolanos tengan comida, seguridad y paz.

viernes, 2 de mayo de 2014

Hablemos

STALIN GONZÁLEZ | Ultimas Noticias
02 de Mayo de 2014

A lo largo de nuestra vida hemos tenido malentendidos, impasses, e incluso importantes conflictos con muchos actores.
En la mayoría de éstos, en aras de conservar una relación más apreciada, nos hemos sentado a conversar, a solucionar el problema. Sin embargo, ese conflicto no se dirimió solo sentándonos a conversar; es, generalmente, el principio de un camino de conversaciones, acuerdos y compromisos que, cuando éstos fueron cumplidos, fueron superados.

Para la unidad democrática de este país lo más apreciado es la democracia venezolana y la calidad de vida de los venezolanos, sin importar si éste cree en el hombre nuevo o no, nuestra mayor preocupación y objetivo es procurar su bienestar. Por ellos y la democracia, la unidad democrática está dispuesta a sentarse con cualquier sector con el que haya tenido impasses, malentendidos y conflictos.

Como en cualquier diálogo que se plantee, no se espera que la crisis económica, política y social en la cual somos parte sea solucionada en un primer encuentro, pero sí se espera que sea la vía por la cual las “Dos Venezuelas” se encuentren y comiencen el camino de las conversaciones, acuerdos y compromisos que permitan superar esta crisis y poder convivir con nuestros desencuentros políticos.

La necesidad de avanzar en estos asuntos y la voluntad política de solventarlos es el motivo y la condición de nuestra presencia en las reuniones. No seremos parte de un diálogo de sordos ni de la puesta en escena de un acto legitimador del Gobierno. Nuestro objetivo es la aplicación de políticas públicas que reconduzca el sistema económico ya colapsado, la separación de poderes públicos que oxigene el sistema democrático, la liberación de los presos políticos y estudiantes y el cese de la criminalización de la protesta.

Estos dos encuentros de los que hemos sido testigos, son el comienzo de un ejercicio democrático que no por ser poco usado en los últimos años deja de ser importante. El diálogo entre las fuerzas políticas de un país es frecuente y vital en un sistema que sea o aspire a ser democrático. El aprecio por los venezolanos nos motiva a sentarnos a dirimir diferencias; ahora el éxito de éste depende del Gobierno en primera medida, respondiendo las demandas planteadas, y de nosotros en la constante petición en la calle y en las reuniones de las mismas.